Y cuando hablamos de una web de 10, hablamos de "LA WEB".
El mundo digital va muy rápido y alberga una cantidad ingente de contenido. Por tanto, quiénes se esmeren, lograrán estar entre los mejores.
La excelencia en el trabajo, y estar al día en las nuevas tendencias, son la clave del éxito.
¡Vamos allá!
1. Diseño y contenido, el alma de la fiesta.
Tu web merece ser una obra de arte (como tu negocio en el mundo real), de tal manera que el público virtual sienta sensaciones agradables y positivas al navegar en ella.
El contenido, el corazón.
Podríamos decir que, los clientes que solicitan una web e incluso los proveedores web, no suelen reparar demasiado en este aspecto y, sin embargo, a nuestro parecer se trata de algo clave: la sangre que circula por el circuito.
Es aquí donde se nota cuándo se pone corazón en lo que se hace. Presta atención:
Texto. Importante llevar a cabo un buen trabajo de copywriting. Estudiar la información que queremos mostrar y procesarla, de tal manera que no hablemos tanto de nosotros, sino de cómo podemos agradar/facilitar la vida a nuestros clientes y por qué somos la solución que buscan.
Echa un vistazo a este ejemplo, ¿a qué se nota la diferencia?
Fuente: Maïder Tomasena
Fotografías. Cuando merodeamos por el mundo digital, imaginamos, soñamos y, al mismo tiempo, queremos acercarnos a la realidad lo máximo posible, hasta casi tocarla. Saca el lado flamante de tu establecimiento/negocio con un buen banco de fotos que permita a los usuarios imaginar la realidad, soñar con ella.
Vídeo. No podía faltar el contenido estrella de la era digital. Un buen spot promocional, en la página de inicio, que incluso se reproduzca automáticamente, no demasiado largo... "boom" ¡que impacte! ¿Puedes imaginarlo? Pues esto anhelan tus potenciales usuarios: disfrutar de lo que va a poder ser.
Y cómo no, todos estos elementos de calidad merecen ser integrados en un diseño a la medida, atractivo, que hable por sí solo.
2. Navegación en página única, TOP tendencia 2020.
¿A que nos encanta coger el smartphone y deslizar el pulgar arriba y abajo como si no hubiera un mañana?
Pues a esta manía inconsciente se adaptan las nuevas webs, permitiendo que la navegación sea cómoda y afín a nuestros hábitos de consumir información online.
Así, se han puesto de moda las maquetaciones en una sola página, con scroll vertical e incluso horizontal. Esto nos permitirá (a golpe de dedo gordo o ruedita de ratón), conocer rápidamente la información esencial en una sola página de inicio o aterrizaje, y tan solo dar clic para ampliar aquella información que nos resulte interesante. O para conducir a la anhelada conversión. Nuestra experiencia estudiando el comportamiento de navegación de los usuarios, nos ha hecho saber que 3 clics en una web ¡son demasiados!
3. Adaptada a todo tipo de dispositivos, pero de verdad, que no te lo cuenten.
Una web tiene que ser responsive (no nos basta con decir que lo es, debe serlo de verdad): perfectamente navegable y legible en tablet y smartphone.
¡Ojo al dato! En España, el consumo web a través de dispositivos móviles, ha superado al consumo desde ordenador:
Fuente: We Are Social
Así que, tengamos cuidado con estos pequeños grandes detalles, hagamos las pruebas que hagan falta para que todo funcione perfectamente en cualquier tipo de dispositivo.
4. Si no te encuentran, es como si no existieras.
Y aquí otro aspecto fundamental que, tanto clientes, como proveedores web, suelen pasar por alto.
Cuidemos el SEO, los textos, descripciones de las páginas, imágenes destacadas, textos alternativos para todo tipo de contenidos... De verdad que, si no se lo ponemos fácil a Google, será difícil que los potenciales clientes sepan de nuestra existencia.